Con la puesta en valor de sus saberes ancestrales sobre la siembra y el cultivo de la ñuke mapu o madre tierra en mapudungun, la comunidad mapuche Canihuante de Cochiguaz desarrolló un proyecto ambiental cuyo resultado fue la construcción de un invernadero que promueve la agricultura ecológica, la sustentabilidad y la conservación de los recursos naturales.
El Seremi del Medio Ambiente de la Región de Coquimbo, Eduardo Fuentealba, indica que “este proyecto es uno los ganadores del Fondo de Protección Ambiental dirigido a los pueblos originarios que entrega el Ministerio del Medio Ambiente y la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena a aquellas agrupaciones que aporten a solucionar problemáticas ambientales que se encuentren estrechamente relacionadas con su vínculo sagrado con la tierra y el resguardo de la naturaleza de acuerdo a su cosmovisión”.
Esta iniciativa ambiental permitió la instalación de un huerto en donde a se han cosechado tomates, arvejas, habas y papas sumado a la capacitación ambiental de habitantes de la localidad El Colorado de Paihuano sobre cultivos orgánicos.
Carmen Canihuante, integrante de la comunidad, explica que “más que el huerto en sí, es recuperar la cultura de nuestros ancestros, es sembrar todo en forma natural sin productos químicos y con semillas orgánicas”.
La representante de la agrupación mapuche indica que con este proyecto invitaron a los habitantes de Cochiguaz a tener una conexión con la tierra, mediante a la implementación de huertos con objetos reciclables. “Siempre hay un espacio ya sea un cajón o una botellita para preparar la tierra es una forma de agradecer a la madre tierra y ver la generosidad de la ñuke mapu”, afirma.
A través de talleres de educación ambiental, los integrantes de esta comunidad indígena están formando una visión agro – ecológica, producción agrícola en equilibrio con los ciclos de la naturaleza sin la necesidad de recurrir a recursos externos, además de reafirmar la cosmovisión mapuche y el rol del ser humano en la naturaleza.