Aunque el coronavirus ha azotado a buena parte de nuestro país, la pandemia ha sido más benevolente con algunas comunidades campesinas en la región del Maule, situación que les ha permitido seguir adelante con algunas acciones en pos del medio ambiente. Al menos, esto ha ocurrido con los integrantes de la agrupación “Club de Amigos de Putú”, quienes iniciaron un programa de reforestación de árboles nativos en la pequeña localidad de Putú, comuna de Constitución.
“Vivir en el campo es una sensación diferente y el coronavirus no nos ha afectado tanto. El distanciamiento social acá es siempre, así que con las precauciones necesarias, queremos iniciar una pequeña plantación de boldos, quillayes, maquis y molles”, cuenta la Presidenta de esta organización, Yanette Letelier.
Quieren aprovechar también la oportunidad de las lluvias caídas, tras una sequía que ha afectado al secano costero por varios años. “Vivimos inmersos entre plantaciones de pinos, hemos perdido la biodiversidad y también hemos perdido el agua. Los humedales bajaron a su nivel más mínimo y estamos preocupados por los esteros. La escasez de agua es un tema que nos afecta”, señala Yanette.
Y precisamente, esos son algunos de los problemas que las comunidades campesinas de la cuenca de Putu- Huenchullamí han estado enfrentado gracias al aporte del proyecto “Comunidades Mediterráneas Sostenibles” (CMS), una iniciativa financiada por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, en inglés), cuyo Organismo Ejecutor es el Ministerio del Medio Ambiente (División de Educación Ambiental y Participación Ciudadana) y la Agencia Implementadora es el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El proyecto se encuentra hoy en la etapa de finalización y sistematización de lecciones aprendidas
El proyecto GEF CMS tiene por objetivo desarrollar iniciativas comunitarias de desarrollo local en la ecoregión mediterránea de Chile, que integran las tres dimensiones de la sostenibilidad: social, económica y ambiental a través de cuatro componentes 1.Gestión territorial de la biodiversidad; 2. Monitoreo local de reservas de carbono; 3. Mejoramiento de servicios de agroecosistemas y 4. Desarrollo de capacidades de comunidades locales. El fin es gestionar el territorio para conservar la biodiversidad, recuperar ecosistemas degradados y aumentar la resiliencia de las comunidades frente al cambio climático.
En Putú se desarrollaron varias iniciativas a escala territorial con un componente de ordenamiento predial, para hacer frente a la sequía y al cambio climático, promover buenas prácticas de producción agroecológicas, como también, recuperación de espacios con protección, cuidado y producción de especies nativas locales para reforestación.
“Los Amigos de Putú”, por ejemplo, ejecutaron 2 proyectos. Uno, un vivero comunitario para 14 familias, con el fin de conservar la biodiversidad local con colecta de semillas, cultivo de especies nativas y plantación en pequeños predios. Mientras que el otro se desarrolló en el Santuario de la Naturaleza de Dunas y Humedales de Putú, estableciendo dos módulos demostrativos de prácticas ganaderas regenerativas en una superficie aproximada de 320 hectáreas, con el fin de maximizar el uso de praderas naturales para favorecer su renovación y evitar que el ganado ingrese a la zona natural protegida.
Sin embargo, la principal ganancia, asegura Yanette ha sido “comprobar que las personas pueden formar parte de la solución de los problemas de manera comunitaria. Estos han sido proyectos desarrollados por la comunidad, con una visión de futuro, porque los frutos no los veremos nosotros…, estamos pensando en las nuevas generaciones”.
Para conocer más información de estos proyectos, se puede acceder al siguiente video:
https://m.youtube.com/watch?feature=youtu.be&v=tPW7QQ0FieQ